Los medidores de punto de rocío determinan la temperatura en la que empieza a condensarse el vapor de agua contenido en el aire, produciendo rocío, neblina o, en caso de que la temperatura sea lo suficientemente baja, escarcha. Estos equipos son de vital importancia cuando se requiere controlar la condensación en componentes sensibles a la humedad, en acabados de pintura, recubrimientos, procesos sensibles y muchas otras posibles aplicaciones.